Un fondo para imprevistos es indispensable para cualquier persona, pues ayuda a cubrir gastos no presupuestados que pueden surgir en el día a día.
Algunos ejemplos de imprevistos para las que se requiere un fondo de este tipo son, cuando:
- Te enfermas.
- Requieres de
un procedimiento dental.
- Se avería tu
automóvil o lavadora.
- Te quedas
sin empleo de un día para otro.
- Se rompe una tubería en el hogar.
Las razones son diversas, sin embargo, tener un “colchón” para solventar estos gastos te ayuda a:
- Tener
tranquilidad para poder resolver las situaciones.
- Evita tomar
malas decisiones, como solicitar créditos con tasas altas o endeudarte más allá
de tus posibilidades.
- Preservar tus metas, no afectando tus ahorros o la planificación de un proyecto.
Es importante que aprendas a distinguir entre lo que es una emergencia y lo que no lo es.
Por ejemplo, los festejos de Navidad, un regalo, presupuesto para vacaciones o un pago recurrente NO son emergencias, pues son gastos que puedes prever y planificar con antelación.
Tamaño de tu
fondo de emergencia.
La cifra sugerida para este fondo es entre tres y seis meses la cantidad de tus ingresos o al menos de tus gastos fijos y debes construirlo poco a poco:
- Establece una cifra meta diaria, semanal o mensual para tu fondo de ahorro, tu ahorro no debe ser lo que te sobra del mes, es necesario que fijes una cantidad.
- Si en algún momento no puedes aportar al fondo, no te desesperes, pero tampoco desistas.
- No toques este fondo si no se presentan emergencias, haz que crezca.
Cómo generar y
mantener un fondo.
Lo más importante del fondo de emergencia es no guardarlo en casa, pues existe mayor riesgo de gastarlo.
- Elige un método fácil de acceso a ese dinero, como una cuenta bancaria o algún instrumento de deuda bursátil con el gobierno.
- Resguárdalo en un espacio seguro de modelo formal como cuenta bancaria o gubernamental, nunca en medios informales, como tandas o cajas de ahorro entre conocidos.
- Elige un medio que no te cobre comisiones por guardar tu dinero.
- Sepáralo de tus ahorros e inversiones.
- Destínalo únicamente a emergencias, no para caprichos ni gastos evitables.
- De ser posible, programa un ahorro recurrente por la cuenta fijada a tu cuenta de nómina, para que sea más fácil generar el ahorro.
- Adapta la cantidad de ahorro conforme cambien tus ingresos.
- Reemplaza el monto en caso de gastarlo.
- Mantén el hábito a lo largo de los años.
Este fondo sirve para que, en caso de problemas o adversidades, tengas la capacidad de resolverlos sin recurrir a deudas ni deteriorar aún más tu situación.
Fuente:Fundación Carlos Slim – Manejo de dinero.
Comentarios
Publicar un comentario