A menudo los conceptos estilo y calidad de vida son confundidos por las personas, lo que dificulta mantener sanas las finanzas personales y del hogar.
Estilo de vida: Es la imagen que se proyecta a partir de las cosas que compras o actividades que realizas, es decir, está relacionado con el nivel de consumo y cantidad que se gasta.
Calidad de vida: Está relacionado con el bienestar físico, social, emocional, material, y familiar que se tiene, sin que esto signifique consumir bienes o servicios caros.
Diferencia
entre necesidades y deseos.
Cuando el estilo de vida supera las capacidades de pago, se producen consecuencias negativas que afectan la calidad de vida y generan repercusiones, como: Estrés físico y mental, Afectaciones a la salud.
Para evitar problemas es indispensable aprender a diferenciar entre necesidades y deseos.
Necesidades: Es todo gasto indispensable para vivir, que no se puede postergar, ignorar o negociar. Por ejemplo: los alimentos, la vivienda y los servicios básicos como agua y electricidad.
Deseos: Son los gastos que no son indispensables para vivir, pero que gustan o apetecen. Por ejemplo: salidas a comer, al cine, adquirir ropa de marcas reconocidas.
Pirámide de
las necesidades.
Una herramienta que te puede facilitar este proceso es la pirámide de Maslow, que sirve como guía para identificar las necesidades humanas:
Autorrealización: Relacionadas al desarrollo personal y potencialidades. Ejemplo: Logros académicos.
Reconocimiento: Referidas al valor que nuestras acciones tienen para los demás. Ejemplo: Reputación, Estatus, Independencia.
Sociales: Relacionadas con el desarrollo afectivo y la aceptación. Ejemplos: Amistad, Actividades sociales.
Seguridad: Relacionadas con protección en un entorno. Ejemplos: Vivienda, Transporte, Empleo.
Fisiológicas: Relacionadas con la salud del cuerpo. Ejemplos: Alimentación, Respiración, Hidratación, Descanso.
Una vez que puedas diferenciar claramente entre lo que es necesario y lo que sólo representa un deseo en tus gastos, genera hábitos que te ayuden a gastar apostando por la calidad de vida. Algunos son:
- Priorizar tus gastos de acuerdo con tu capacidad económica actual.
- Ahorrar en cosas básicas como utilizar el transporte público y preparar comida en casa.
- Comprar artículos de mejor calidad, para que tengan mayor vida útil.
Una buena economía personal se construye con perseverancia, identifica tus hábitos negativos y establece un plan de cambio.
Fuente:Fundación Carlos Slim – Manejo de dinero.
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