Es un diagrama que indica tres variables que determinan el desempeño de cualquier inversión. Mediante su compensación puedes evaluar y decidir cómo se comportará tu inversión.
Rentabilidad: Es la ganancia espera; puede ser fija o variable.
Riesgo: Es la posibilidad de no obtener la rentabilidad e inclusive experimentar pérdidas en la inversión.
Liquidez: Es la facilidad de convertir el activo en dinero mediante su venta.
En general, la relación ideal para cualquier inversionista es aquella que tiene la mayor rentabilidad y liquidez con el menor riesgo; aunque también son populares las siguientes:
● Alta Rentabilidad y Baja Liquidez: Al sacrificar el poder de compra del inversor, éste exige como recompensa una mayor ganancia. Por ejemplo, entre mayor sea el tiempo de retención del monto invertido en un bono, mayor será el retorno.
● Alta Liquidez y Bajo Riesgo: Entre mayor sea la capacidad del activo para convertirse en efectivo, menor será el riesgo. Por ejemplo, si un inversionista posee una acción de alta demanda su riesgo será bajo, por su facilidad de ser vendida.
● Alta Rentabilidad y Riesgo: Entre mayor sea la probabilidad de no recibir las condiciones pactadas, mayor será la exigencia de una rentabilidad. Por ejemplo, en una deuda con pocas garantías de pago se exigirá una mayor tasa de interés.
El triángulo de la rentabilidad te permitirá decidir la forma en qué puedes invertir tu dinero, al aplicarlo para distinguir las relaciones de los diferentes instrumentos de evaluación.
Fuente:Fundación Carlos Slim – Analista de Inversiones Personales.
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