No hay barra de chocolate más famosa en México que Carlos V, tanto así que su publicidad bien lo refiere como "el rey de los chocolates". Generaciones enteras lo han probado y seguirán haciéndolo sin saber, en la mayoría de los casos, que esta golosina tiene tras de sí una historia tan interesante como trágica.
Carlos V fue producido y comercializado originalmente por la Fábrica de Chocolates La Azteca, responsable por igual de la introducción de otros productos muy populares hasta hoy como el Chocolate Abuelita, el Almon-Ris, el Chocolate Morelia Presidencial y, más tarde, el Tin-Larín.
Gracias a ello, esta empresa confitera fue conocida durante casi un Siglo como "la fábrica que dio fama al chocolate en México". La Azteca fue fundada en Xalapa en el año de 1919 y en la década de los 30’s mudó sus instalaciones a la Ciudad de México, en donde todavía se puede ver el que fuera su edificio en la calle Ferrocarril de Cintura, cerca del metro Morelos.
El chocolate Carlos V lleva ese nombre en honor a Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Este personaje histórico fue nieto de Maximiliano I de Habsburgo, así como de los Reyes Católicos.
En el año 1970 la “Fábrica de Chocolates La Azteca” pasó a formar parte del Grupo Quaker Oats Company, de capital norteamericano, grupo que llegó a ser la más grande empresa, líder en ventas del chocolate en México.
En 1988 La Azteca era la segunda chocolatera más grande del país y en ese mismo año adquirió la empresa Larín.
En 1995 la multinacional Nestlé adquirió la fábrica de chocolate y la nueva empresa sigue respetando la tradición mexicana con su línea de chocolates Premium, especial y artesanal, que fue bautizada.
Carlos V se vende en cualquier tienda de la esquina, abarrotes y supermercados. Hoy en día es una golosina clásica que los mexicanos seguimos adorando...
Fuente:https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=pfbid02ssvVvUmts3w58qhNT4K5cwkyknEc7sTCiWahqB7MGqMZfomWLergL7y7rqYMjNSfl&id=100091701548342
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