Lecciones de Trading de AA. El rechazo

 

El que bebe en un acto social disfruta de su cóctel, vaso de vino o cerveza, pero deja de beber en cuanto nota que tiene suficiente. La química de un alcohólico es diferente. En cuanto un alcohólico bebe algo siente la necesidad de continuar bebiendo hasta emborracharse.

Un borracho dice a menudo que debe rebajar su consumo de alcohol, pero no puede admitir que está fuera de control. La mayoría de los borrachos niegan ser alcohólicos. Intente decirle a un pariente, amigo o empleado que está bebiendo de una forma incontrolada y arruinando su vida y se verá enfrentado a un muro de rechazo. 

Un borracho dice frecuentemente: “Mi jefe me despidió porque tenía resaca y llegaba tarde. Mi mujer cogió a los niños y me abandonó porque no nos entendíamos. Mi arrendatario quiere echarme a la calle porque estoy retrasado en el pago del alquiler. Voy a beber menos y todo volverá a estar en orden”. 

Este hombre ha perdido a su familia y su trabajo. Está a punto de perder el techo que lo cobija. Su vida rueda fuera de control, pero continúa diciendo que puede dejar de beber. ¡Esto es el rechazo! 

Los alcohólicos niegan sus problemas mientras que sus vidas están hundiéndose. La mayoría alimenta la fantasía de que es capaz de dejar de beber. En tanto que un alcohólico cree que puede “controlar la bebida” está yendo cuesta abajo. Nada cambiará nunca, incluso si tiene un nuevo empleo, una nueva esposa o un nuevo casero. 

Los alcohólicos niegan que el alcohol controle sus vidas. Cuando hablan de reducir el consumo de alcohol están hablando de algo que no pueden manejar. Son como un conductor cuyo coche va cuesta abajo, fuera de control, en una carretera de montaña. Cuando el coche enfila el descenso, ya es demasiado tarde para prometer una conducción cuidadosa. La vida de un alcohólico va cuesta abajo fuera de control cuando niega ser un alcohólico. 

Hay un crudo paralelismo entre un alcohólico y un trader cuya cuenta está siendo demolida por las pérdidas. Continúa cambiando de táctica actuando como un alcohólico que intenta resolver su problema pasando de los licores fuertes a la cerveza. Un perdedor niega haber perdido el rumbo en el mercado.

Fuente:
Alexander Elder, “Vivir del Trading”; Ed. Alor Editions; Barcelona, España; p. 43 – 44.

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