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¿Qué es el riesgo?

 

El concepto de riesgo es uno de los conceptos financieros más difíciles de definir, si le preguntas a diversos inversores/especuladores podrás observar la variedad de respuestas que te darán, entre las posibles contestaciones estarían las siguientes:

- Desconocimiento de cuál va a ser la rentabilidad que se obtendrá.

- La posibilidad de ganar menos de lo que esperas.

- La probabilidad de obtener una rentabilidad distinta a la esperada.

- Posibilidad de perder dinero.

- Probabilidad de perder más de lo esperado.

- Posibilidad de perder la totalidad del capital.

- La diferencia entre la rentabilidad esperada y la rentabilidad mínima exigida. 

Al analizar estas respuestas detenidamente observamos que todas son definiciones posibles de riesgo, si bien, una de ellas es la más generalmente aceptada y con la que vamos a trabajar: “Se entiende por riesgo la existencia de una elevada fluctuación de la rentabilidad del activo respecto a su rentabilidad esperada”. 

El riesgo de un activo es, por tanto, el grado de incertidumbre acerca de su rentabilidad esperada. Dicho grado de incertidumbre es medible cuantitativamente a través de determinadas medidas estadísticas. 

En concreto, utilizamos tres medidas con diferentes unidades:

- El rango.

- La varianza, que se mide en tantos por diez mil.

- La desviación típica o estándar, que al ser la raíz cuadrada de la varianza se mide en tantos por cien. 

Es precisamente a esta medida estadística de la desviación típica a la que en finanzas denominamos volatilidad. Podemos decir que entre dos activos se considerará más arriesgado aquél que tenga mayor volatilidad. Ésta se ve reflejada en el tamaño de las desviaciones de las distintas rentabilidades posibles respecto a la media y está expresada en las mismas unidades que la variable sobre la que se mide. 

Todo lo dicho hasta aquí en referencia a la volatilidad, es interesante y correcto matemáticamente hablando pero tiene poco valor si hablamos de operativa intradía. No hay un activo más arriesgado que otro, el riesgo nunca viene del mercado en cuestión sino del operador. El instrumento con menor movimiento puede convertirse en una pesadilla si se opera sin stop y sobre apalancado. El riesgo lo estableces tú al colocar la orden de stop. Es posible que algunos activos tengan más movimiento que otros pero es tu deber estudiar y conocer las características de cualquier instrumento antes de empezar a operar con él. De ese modo podrás asegurarte de antemano si ese activo es adecuado para implementar tu estrategia de trading o no.

Por ejemplo: Si utilizas stops ceñidos en el futuro del petróleo o del DAX Alemán, vas a ver cómo te saltan muchos más que si lo haces en el futuro del Trigo o del bono USA a 30 años. 

Moraleja:

- Analiza y estudia el instrumento que quieras operar, practica en el simulador con los diferentes niveles de stop que vayas a utilizar antes de pasar a la acción.

- Una vez en real trabaja siempre con órdenes de stop, a ser posible colocadas más allá de niveles técnicos importantes (resistencias y soportes), todo ello teniendo en cuenta la volatilidad que el mercado experimente en esa sesión en particular.

Fuente:
Escuela de Traders-Las 101 preguntas que cambiaran tu trading para siempre, p. 59 – 60.

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