Selección de una cartera de inversión

 

La forma en que la gente debe invertir su dinero es un proceso que se le conoce como selección de cartera. La cartera del patrimonio de una persona incluye todos sus activos (acciones, bonos, acciones en empresa, casas o departamentos, beneficios de pensión, pólizas de seguro, etcétera) y todos sus pasivos (préstamos estudiantiles, préstamos para automóvil, hipotecas sobre la casa, etcétera). 

No hay una estrategia única de selección de cartera que ajuste a todo el mundo. Sin embargo, si hay algunos principios generales, como el principio de diversificación, que se aplica a todas las personas adversas al riesgo.

 

El proceso de selección de una cartera personal.

La selección de cartera es el estudio de la manera en que la gente debe invertir su dinero. Es un proceso de compensación entre el riesgo y el rendimiento esperado para encontrar la mejor cartera de activos y pasivos. Una definición limitada de la selección de cartera solo incluye decisiones acerca de cuanto invertir en acciones, bonos y otros valores. Una definición más amplia incluye decisiones acerca de si se debe comprar o alquilar una casa, que tipos y montos de seguro se deben comprar y como administrar los pasivos personales. Una definición incluso más amplia incluye decisiones de cuanto invertir en el capital humano propio (por ejemplo, para avanzar aún más en su educación profesional). El elemento común en todas estas decisiones es la compensación entre el riesgo y el rendimiento esperado. 

Aun cuando existen algunas reglas generales para la selección de cartera que se aplican prácticamente a todo mundo, no hay una cartera única o una estrategia única que sea la mejor para todos.

El ciclo de vida.

En la selección de cartera, la mejor estrategia depende de las circunstancias personales del individuo (edad, estado civil, ocupación, ingreso, riqueza, etcétera). Para algunas personas tener un activo particular podría aumentar su exposición total al riesgo, pero tal vez para otras el mismo activo podría reducirla. Un activo que reduce riesgos en una etapa inicial del ciclo de vida podría no hacerlo en una etapa posterior. 

Para una pareja joven que empieza una familia lo óptimo podría ser comprar una casa y tomar un préstamo hipotecario. Para una pareja mayor a punto de retirarse lo óptimo puede ser vender su casa e invertir las ganancias en algún activo que les proporcione un flujo constante de ingreso mientras vivan. 

Horizontes de tiempo.

Para formular un plan de selección de cartera, debe empezar determinando sus objetivos y horizontes de tiempo. El horizonte de plantación es la duración total del tiempo para el que se hacen planes. Por lo general, el horizonte de tiempo más largo corresponde al objetivo de retiro y sería el balance de la vida de una persona. Así, para una persona de 25 años que espera vivir hasta los 85, el horizonte de plantación seria de 60 años. Conforme se envejece, el horizonte de plantación generalmente se acorta de manera progresiva también hay horizontes de plantación más cortos que corresponden a objetivos financieros específicos, como pagar la educación de un hijo. Por ejemplo, si tiene un hijo de tres años y planea pagarle su educación universitaria cuando él llegue a los 18 años, el horizonte de plantación para este objetivo es de 15 años. 

El horizonte de decisión es el lapso que transcurre entre las decisiones de revisión de la cartera. El individuo controla dentro de ciertos límites la duración del horizonte de decisión. 

Algunas personas revisan sus carteras e intervalos regulares; por ejemplo, una vez al mes (cuando pagan sus cuentas) o una vez al año (cuando presentan su declaración anual de impuestos). La gente de medios modestos que tiene la mayor parte de su riqueza invertida en cuentas bancarias podría revisar sus carteras con menos frecuencia y a intervalos irregulares, determinados por algún acontecimiento detonador como casarse o divorciarse, tener un hijo o recibir una herencia. Un alza o una baja súbitas en el precio de un activo que una persona posee también podría desencadenar una revisión de la cartera. 

La gente con inversiones sustanciales en acciones y bonos podría revisar sus carteras todos los días o incluso con más frecuencia. El horizonte de decisión más corto posible es el horizonte de negociación, definido como el intervalo de tiempo mínimo durante el cual los inversionistas pueden revisar sus carteras. El individuo no controla la duración del horizonte de negociación. Dicha duración (que puede ser una semana, un día, una hora o un minuto) la determina la estructura de los mercados en la economía (por ejemplo, cuando abren las bolsas de valores o si existen mercados extrabursátiles organizados). 

En el entorno financiero global actual, la negociación con muchos valores, puede llevarse a cabo en alguna parte del mundo las 24 horas del día. Al menos para estos valores, el horizonte de negociación es muy corto. 

Las decisiones de cartera que toman hoy están influidas por lo que piensa que podría ocurrir mañana. Un plan que toma en cuenta las decisiones futuras al tomar decisiones actuales se llama estrategia. 

Una consideración importante en la formulación de estrategias de inversión es con cuanta frecuencia revisan los inversionistas sus carteras al vender y comprar valores. Si sabe que puede ajustar con regularidad la composición de su cartera, podría invertir de manera diferente que cuando no puede ajustarla. 

Por ejemplo, una persona podría adoptar una estrategia de invertir dinero “extra” en acciones, es decir, una cantidad adicional a la suma necesaria para asegurar un cierto nivel de vida. Si la bolsa de valores sube con el transcurso del tiempo, esa persona aumentara la proporción de su cartera invertida en acciones. Sin embargo, si la bolsa de valores desciende, la persona reducirá la proporción invertida en acciones. Si el mercado de valores baja hasta el punto en que amenace el nivel de vida de la persona, abandonara por completo las acciones. Es más probable que un inversionista que se ciña a esta estrategia en particular tenga un umbral más alto si las acciones solo se pueden negociar de vez en cuando. 

Tolerancia al riesgo.

La tolerancia de una persona para soportar o asumir el riesgo, es un determinante principal en la selección de cartera. Esperamos que la tolerancia al riesgo se vea influida por características como la edad, estado civil, puesto en el trabajo, riqueza y otros atributos que afectan la capacidad de una persona para mantener el nivel de vida al enfrentar movimientos adversos en el valor de mercado de su cartera de inversión. La actitud personal ante el riesgo también juega un papel en la determinación de la tolerancia de una persona para asumir el riesgo. Incluso entre gente que aparentemente tiene las mismas características personales, familiares y de empleo, algunas personas pueden tener una mayor disposición a tomar un riesgo que otras. 

Cuando en nuestro análisis de la selección de cartera optima nos referimos a la tolerancia de una persona al riesgo, no distinguimos entre la capacidad de asumir el riesgo y la actitud frente a este. Así, una persona tiene una tolerancia relativamente alta al dinero porque es joven o rica, porque maneja bien las presiones o porque fue educada con la idea de que tomar riesgos es el camino correcto, todo lo que importa en el análisis que haremos a continuación es que esta más dispuesta que la persona promedio a tomar un riesgo adicional para alcanzar un rendimiento esperado más alto. 

La mayor parte de la gente no tiene ni los conocimientos ni el tiempo para optimizar su cartera. Por consiguiente, contratan a un asesor de inversiones o compran un “producto terminado” de intermediario financiero. Dichos productos terminados incluyen varias cuentas de inversión y fondos de inversión ofrecidos por bancos, empresas de valores, compañías de inversión y compañías de seguros. 

Cuando los intermediarios financieros deciden que activos ofrecen a los inversionistas, están en una posición análoga a un restaurante que decide su menú. Hay muchos ingredientes disponibles (las acciones, bonos y otros valores básicos emitidos por empresas y gobiernos) y un número infinito de posibles formas de combinarlos, pero solo se ofrecerá un número limitado de artículos a los clientes. La teoría de la cartera ofrece una guía para encontrar el menor número de artículos que se puedan ofrecer y que cubran todo el conjunto de demandas de los clientes.



Fuente:
José Luis Vega Tapia – Selección de una cartera de inversión.

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