Especulación

 

Implica la contemplación del futuro, la formulación de expectativas y tomar posiciones para obtener beneficios. De esta definición, vemos que un especulador, es básicamente un pronosticador, que actúa bajo sus pronósticos para obtener alguna ganancia. Un especulador nunca se ve a sí mismo como teniendo control sobre los precios.

El precio justo del mercado es el que se obtiene cuando la oferta y la demanda están en equilibrio. El precio futuro estará determinado por las condiciones de equilibrio entre la oferta y la demanda en el futuro, por lo que la especulación viene a ser más bien un ejercicio de pronosticar. Los pronósticos se harán de mejor manera, si se cuenta con buena información, con capacidad para analizar e interpretar correctamente los resultados.

Esta forma de especular con productos y el pronóstico del precio, es similar para paridades monetarias, tasas de interés o productos agrícolas. En una economía de mercado, cada especulador individual tiene poca influencia en la fijación de los precios, pero si todos actúan de manera similar, entonces el comportamiento agregado de todos los especuladores si puede mover el precio de un producto en el mercado, por lo que nunca se considera al especulador como un manipulador. En economías más pequeñas y con hombres muy poderosos económicamente, como el mercado mexicano, si es posible que una sola persona pueda manipular el precio o los precios de unos productos. En este caso se les llama manipuladores de mercado, definidos como aquellas personas con un poder personal muy elevado, que pueden hacer subir o bajar los precios del mercado, dependiendo de la posición que hayan tomado, siempre obtienen beneficios personales por haber tomado esa posición, sin compartir tales beneficios con otras personas.

Si un especulador toma una posición, siempre tendrá un riesgo. Por ejemplo, si después de su análisis considera que el precio de artículo esta subvaluado, es decir, por debajo del precio justo de mercado, entonces comprará ese producto, pues sabe que subirá su precio en poco tiempo, o al contrario, si después de su análisis determina que el precio de un producto está por arriba del precio justo de mercado, entonces venderá todo el producto que pueda, porque sabe que su precio bajará en poco tiempo. Pero si él se equivoca en sus apreciaciones, entonces puede perder mucho dinero, por lo que un especulador siempre estará llevando un riesgo al tomar una posición, y esto merece que gane un premio.

En ausencia de los especuladores, los precios del mercado responderían más lentamente a cambios de las condiciones del mercado y retrasarían la óptima asignación de recursos. ¿Cómo logra la especulación la asignación óptima de recursos? Esto es muy claro en productos que se cosechan en cortos periodos de tiempo, pero se pueden almacenar por largos periodos de tiempo. Suponga un producto agrícola cualquiera, el cual, cuando se cosecha, inunda el mercado y hace bajar los precios. Cuando se termina de vender toda la cosecha, viene una escasez, lo que provoca una súbita elevación de los precios. El especulador conoce perfectamente esta historia, por lo que compra el producto barato en el mercado cuando se cosecha, lo almacena por un tiempo, y lo pone a la venta cuando empieza la escasez, atenuando un poco la drástica subida de los precios, ya que gracias a que ellos almacenaron, la escasez no es tan pronunciada. El efecto de esta actividad, es elevar los precios en la época de cosecha, creando una mayor demanda de carácter especulativo, y disminuyendo los precios un tiempo después, introduciendo una oferta especulativa.

Cuando se realiza una cobertura de cualquier tipo, siempre es necesario que exista una contraparte, y quien es esa contraparte, sino los especuladores que asumen ese riesgo. Por tanto, la función básica del especulador es tomar el riesgo en todas las funciones de cobertura, y por esa, que es una función social, ganan un premio al riesgo. Todo esto provoca que los productores produzcan más, ya que saben que las fluctuaciones de precio serán menores, y los consumidores se benefician con una menor oscilación de los precios, y una oferta más constante de los productos.

Existen dos métodos especulativos: el análisis fundamental y el análisis técnico. El analista fundamental examina toda la información sobre relaciones económicas oferta y demanda, producción interna, exportaciones, desarrollos tecnológicos, etc., y de aquí determina cual es el precio correcto de un producto en el mercado, tomando entonces una posición de compra o venta, dependiendo si observa que el precio de tal producto está sobrevaluado o subvaluado en el mercado. El mismo enfoque se puede aplicar sobre productos agrícolas, acciones, paridades, tasas de interés, etc. El fundamentalista generalmente espera un plazo mayor a que se cumplan sus pronósticos en el mercado, que en general los realiza para el largo plazo, en contraste con los técnicos. 

El análisis técnico tiene un enfoque distinto para pronosticar. Se enfocan básicamente sobre los llamados datos de transacción, que son datos de precios negociados, volumen abierto (cantidad de acciones negociadas), ventas en corto, volúmenes pequeños de acciones, etc. Los técnicos examinan el patrón de comportamiento de esos datos, los cuales suponen que se repetirán en el futuro, siguiendo un movimiento específico. Toman una posición, esperando que se repitan esos patrones de conducta. Su creencia es que los precios se mueven en tendencias identificables, aunque no es claro por qué los precios deban seguir ciertas tendencias. Los argumentos que tienen los técnicos para esperan la repetición de las tendencias son:

1. La gradual diseminación de la información que conduce al patrón de comportamiento.

2. La tendencia a que el mercado se mueve lentamente en una nueva dirección.

3. El instinto de manada que domina la psicología del inversionista.

4. El acceso de algunos participantes del mercado a información confidencial. 

Fuente:
¿Qué es la Ingeniería Financiera?, Lectura 2, p. 5 – 6.

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