Fusiones de compañías

 

No hay una regla fija que se cumpla invariablemente cuando una compañía es absorbida por otra o, cuando en lugar de ser adquirida resulta ser la compradora o la nueva propietaria. Sin embargo, en todos los casos el hecho puede tener repercusiones en términos de valor, bien sean éstas a corto, mediano o largo plazo.

En algunos casos, la fusión de empresas se traduce en que una compra todas las acciones de la otra, y por supuesto paga por ellas. Por ejemplo, según la fusión anunciada en mayo de 1999 entre las firmas New Holland y Case Corporation, asociadas al rubro de equipos agrícolas y para la construcción, se acordó que los accionistas de Case recibirían $55 por cada una de sus acciones. 

En otras circunstancias, los títulos de una compañía son transformados en acciones de la otra. Por ejemplo, en agosto de 1999 las firmas CIT Group Inc. y Newcourt Credit Group Inc. anunciaron que en virtud de la fusión acordada entre ambas, los accionistas de esta última recibirían 0.70 de acción de CIT por cada una de las que  poseyeran de Newcourt. 

Una tercera posibilidad puede darse cuando se trata de adquisiciones pequeñas y una compañía decide comprar por cierta cantidad de dinero todos los activos de la otra. En muchos de estos casos la firma que resulta absorbida termina desintegrándose como tal o incorporándose a otro tipo de negocios. 

Aunque las fusiones no tengan necesariamente un efecto sobre el precio futuro de las acciones involucradas en la transacción, a veces suele darse el caso de que las acciones de una compañía que adquiere a otra, sobre todo si media en ello una fuerte erogación, desciendan temporalmente de valor. Por el contrario, las acciones de una firma que es adquirida, sobre todo si lo es por una compañía muy grande, pueden ver incrementado su valor.

Fuente:
Introducción a las Finanzas y Mercados Financieros, p. 20 – 21.


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