1.- Prevención.
Proceso de análisis y clasificación crediticia de los riesgos comerciales, y de vigilancia continua de la solvencia de los compradores.
En estos casos, la aseguradora analiza la cartera de clientes y establece quiénes pueden ser sujetos de recibir crédito de acuerdo con su situación económica.
La prevención supone que la aseguradora analiza la solvencia real de las compañías y que informará a sus asegurados antes de que se produzca la quiebra de sus clientes y surjan situaciones de impago.
2.- Recobro.
Proceso de recuperación de los créditos impagos por cuenta de la aseguradora.
La aseguradora ofrece sus servicios de gestión y recuperación de créditos para que, una vez que se produzca la falta de pago, se logre recuperar el dinero de acuerdo con las circunstancias propias de cada situación y las disposiciones legales de cada país.
El proceso de recobro puede iniciarse antes o después del pago de la indemnización. Las empresas se benefician al poder continuar con su negocio tradicional, dejando la gestión del cobro y los temas legales y judiciales a la aseguradora.
Esta puede actuar por cuenta del asegurado o en su propio nombre, cuando se subroga en los derechos del asegurado para recuperar el impago.
3.- Indemnización.
Proceso por el cual la aseguradora asume su responsabilidad indemnizatoria en virtud de la ocurrencia de uno de los riesgos cubiertos por la póliza. La aseguradora indemniza a su cliente en caso de que se produzca un siniestro, es decir, cuando el cliente deudor es declarado insolvente (por quiebra, suspensión de pagos, o algún otro contexto referido en las condiciones generales), o bien una vez que haya transcurrido el período acordado para la mora prolongada (normalmente entre 3 y 6 meses desde la comunicación del siniestro).
La indemnización real será aquella que resulte de la aplicación del porcentaje de garantía establecido en las condiciones del contrato de seguro, por lo general entre un 80% y un 90% de la suma previamente asegurada.
Fuente:CONDUSEF, Diplomado en Seguros, Módulo 3, p. 46.
Comentarios
Publicar un comentario